15 mayo 2016

Obert






Icono del movimiento, abierto, abierto. Siempre mirando, siempre atento. Siempre diciendo, que lo mucho es poco, que lo poco es nada. Acaricia rasguñando y el grito es su palabra. Grito bajo, inaudible pero hiriente. Mira con ojos semicerrados, que recorre hasta tus pies cincelando calificaciones. Y pregunto al triste icono ¿Cómo ves a tus queridos? ¿Cómo amas? ¿Con la misma tesitura de aspereza y rencores infundados? ¿Que tonada oye tu mente, al cerrar aquellos ojos, que recorren con desprecio, que no cuentan, no descubren, no saludan, solo mandan?

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