Veré de transformarlo en mi cajón de bosquejos y dibujetes varios hechos en horas perdidas. Esos que a uno le inspiran cariño. Reciclado desde los tiempos en que comenzó a servirme para intercambios blogueros ilustrariles y recreo que elucubraciones científicas. Viva! Viva! Cuanto ayudó como trampolín de mi imaginación, para que no quedara sola refugiada en un cuaderno en el cajón.
Hoy webs y facebooks la han desplazado, pero no reemplazado, lagartijos.